viernes, 23 de noviembre de 2018

- Esto hace el comunismo


En la Rusia millones de hombres, mujeres y niños fueron víctimas de los crueles actos y políticas del régimen totalitario. La Gran Hambruna de 1932-1933 en Ucrania en que perdieron la vida de 7 a 10 millones de inocentes, fue una tragedia nacional para el pueblo de Ucrania. Esto hace el comunismo a los pueblos. Esto hicieron los comunistas a Ucrania. Hoy lo recordamos.
El instrumento fue el hambre.
La primera etapa de la destrucción del campesinado ucraniano fue entre 1929 y 1930 a través de deportaciones masivas a Siberia y al norte de Rusia. La segunda parte comenzó a partir de 1930 y condujo a la hambruna de 1932-1933 que se conmemora en estos días. Se habilitó a los cuadros del partido bolchevique para requisar el grano de los campos. Se impusieron a Ucrania unas cuotas de producción -siete millones de toneladas por año- que eran imposibles de alcanzar en un momento en que la agricultura de toda la Unión Soviética estaba en crisis. Entre 1930 y 1932, en toda la Unión, se pasó de 23 a 14,7 millones de toneladas. Se confiscaron las cosechas. El terror se enseñoreó de los pueblos. El partido se apropió de las casas de los campesinos. Sus habitantes fueron muertos por hambre o deportados a campos de trabajo. La ley de agosto de 1932 sobre la propiedad del Estado castigaba con la pena de muerte cualquier infracción, incluida la posesión de grano para comer. Se desplegaron vigilantes armados por los campos y el ejército Rojo controló las fronteras de Ucrania para evitar que los famélicos habitantes del campo huyeran a otras repúblicas. Se calcula que, como mínimo, unos cinco millones de campesinos ucranianos murieron de hambre, aunque hay cálculos muy superiores. Durante ese tiempo, la URSS exportaba grano.
Después del hambre, llegó el silencio.
El Holodomor quedó sepultado bajo un túmulo de propaganda, mentiras y censura. El cine soviético mostraba a Ucrania como una tierra de abundancia en que el grano crecía por doquier y sobraban alimentos. Anne Applebaum ha descrito en las páginas de The Atlantic Monthly el férreo control que existía sobre los corresponsales extranjeros, aunque hubo periodistas como Gareth Jones que se atrevieron a publicar lo que Stalin y los bolcheviques estaban haciendo a los campesinos ucranianos. Los informes sobre el hambre en los pueblos que responsables del partido iban remitiendo a Moscú se mantenían en secreto. Los archivos demográficos y los censos de 1937 y 1939, que fueron materia clasificada hasta los años 90, revelan, como cuentan los autores de “El libro negro del comunismo”, cómo “cerca de 40 millones de personas fueron afectadas por el hambre o la carestía”. En las regiones más afectadas, como la zona rural alrededor de Járkov, “la mortalidad entre enero y junio de 1933 se multiplicó por 10 en relación con la media: 100.000 fallecidos en junio de 1933 frente a 9.000 en junio de 1932. No debe sorprender que el disidente Andrej Sajarov hablase de la “ucranofobia de Stalin”. Sin embargo, los soviéticos negaron todo lo que estaba sucediendo so pretexto de que era propaganda capitalista.
No obstante, los testimonios de los diplomáticos, los testigos y algunos extranjeros que pudieron visitar Ucrania no dejan lugar a dudas sobre la realidad de la hambruna que asoló el país ni sobre la voluntad de emplear el hambre para quebrantar la resistencia a la colectivización y al dominio soviético.
Sólo a partir de los años 1990 pudo el mundo conocer en toda su extensión la magnitud de la hambruna. El 24 de octubre de 2003, los representantes de 24 países, entre ellos Ucrania, la Federación de Rusia y los Estados Unidos de América, firmaron una declaración conjunta dirigida al Secretario General de Naciones Unidas en la que decían:
En la ex Unión Soviética millones de hombres, mujeres y niños fueron víctimas de los crueles actos y políticas del régimen totalitario. La Gran Hambruna de 1932-1933 en Ucrania (Holodomor), en que perdieron la vida de 7 a 10 millones de inocentes, fue una tragedia nacional para el pueblo de Ucrania. Al respecto, señalamos las actividades realizadas en observancia del septuagésimo aniversario de esta hambruna, en particular las organizadas por el Gobierno de Ucrania.
Al honrar el septuagésimo aniversario de la tragedia ucraniana también rememoramos a millones de rusos, kazakos y representantes de otras nacionalidades que murieron de inanición en la región del río Volga, el Cáucaso septentrional, Kazajstán y otras partes de la ex Unión Soviética a resultas de la guerra civil y de la colectivización forzosa, que dejaron profundas cicatrices en la conciencia de las generaciones futuras.
Cada 24 de noviembre, en Ucrania y en las comunidades ucranianas de todo el mundo se conmemora el Holodomor: la hambruna provocada entre 1932 y 1933 por el régimen soviético para destruir la resistencia ucraniana a la colectivización. Este exterminio del campesinado fue acompañado por otras medidas como la persecución de los intelectuales ucranianos no comunistas. Éstos fueron considerados “burgueses nacionalistas” mientras que a los campesinos se los tachó de “clase explotadora”. Unos y otros debían ser erradicados para asegurar el triunfo del proletariado a través de la colectivización masiva.
Esto hace el comunismo a los pueblos. Esto hicieron los comunistas a Ucrania.
Hoy lo recordamos.
Ricardo Ruiz de la Serna, 24 noviembre 2018



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