martes, 26 de diciembre de 2017

- No olvidar al Inmaculado Corazón de María


La devoción al Inmaculado Corazón de María: sor Lucía de Fátima, explica por qué urge:
El 1917 se acaba y con ello el centenario de las apariciones de la Virgen María en Fátima. Sin embargo, el mensaje que recibieron los tres pastorcitos sigue más vigente que nunca y su escucha urge igual que entonces. Y se llega a una conclusión, la devoción al Inmaculado Corazón de María es esencial y debería ser un deber para los creyentes.
“Mi corazón, cercado de espinas”
La Virgen María dijo a Lucía: “Mira, hija mía, mi corazón cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan continuamente con blasfemias e ingratitudes, tú, al menos, procura consolarme y di que: ‘Todos aquellos que durante cinco meses seguidos, en el primer sábado, se confiesen y reciban la Santa Comunión, recen el Santo Rosario y me hagan 15 minutos de compañía meditando en los misterios del Rosario, con el fin de desagraviarme, yo prometo asistirlos en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para su salvación’”.
Establecer en el mundo la devoción a su Inmaculado Corazón
Para la vidente era claro que la devoción al Inmaculado Corazón de María era el plan del cielo. Y lo vio desde las mismas apariciones de 1917. En sus memorias, sor Lucía explicaba que “Nuestra Señora nos dijo, en el secreto de julio, que Dios deseaba establecer en el mundo la devoción a su Inmaculado Corazón”. En aquella visión la Virgen mencionó su Inmaculado Corazón, al igual que habló de la conversión de Rusia y la visión del infierno. “…Es para salvarlos por lo que Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón Si hacen lo que yo os diga, se salvarán muchas almas y tendrán paz”. Esta frase de María es para Lucía la clave de toda esta devoción que debe propagarse por el mundo ahora incluso con más urgencia que cuando se produjo la aparición.”.
Reflexionando en sus memorias sobre aquella aparición, Lucía enfatizaba en la importancia de esta devoción al Inmaculado Corazón de María. La Virgen le dijo que “su Inmaculado Corazón sería mi refugio y el camino que me conduciría a Dios”.