lunes, 27 de febrero de 2017

- hay un mensaje de esperanza que llega hasta nosotros

 «Hay un mensaje de esperanza que llega hasta nosotros de la celebración del centenario de las apariciones de María Santísima en Fátima
Numerosas y graves pueden ser las pruebas de la vida y las tragedias del mundo, pero mayor todavía es el amor de Dios por nosotros», escribe el antiguo secretario de Estado del Vaticano, en un comentario divulgado por ‘L'Osservatore Romano'. Desde el Santuario de Fátima, la Virgen María deja un mensaje de confianza en la fuerza divina, afirma el Cardenal Angelo Sodano.
Fátima y la providencial presencia de Dios en los acontecimientos
«La memoria de los acontecimientos de Fátima puede hacernos comprender mejor la presencia providencial de Dios en los acontecimientos humanos», afirmó el cardenal italiano que recuerda el «gran consuelo» que recibió del Mensaje de Fátima ante las «dolorosas» situaciones de la II Guerra Mundial, cuando él todavía era joven: «Nos parecía ya entonces que el mensaje de Fátima no solo era una invitación a la conversión y la oración sino también una invitación a la esperanza, recordándonos la continua presencia de Dios en medio de nosotros, incluso en las horas más trágicas de la historia», escribe Sodano.
El cardenal Angelo Sodano, que en 1988 fue llamado a colaborar con San Juan Pablo II, en el Vaticano, evoca la «profunda devoción mariana» del Papa ahora canonizado y de sus sucesores, Benedicto XVI y Francisco, que en breve visita el «bello Santuario de Fátima» donde va «prestar homenaje a la Madre y Cristo».
El decano del Colegio Cardenalicio cita al cardenal-patriarca Mons. Manuel Gonçalves Cerejeira, el cual afirmaba que «no fue la Iglesia quien impuso Fátima», y también a Mons. António Marto, en una reflexión sobre «gracia y misericordia» como síntesis del mensaje de Fátima. (JSG)


sábado, 18 de febrero de 2017

- Sor Lucia profetizó sobre la família y la vida

Sor Lucía de Fátima profetizó que la familia y la vida serían el campo de batalla final con el Mal
   Lo cuenta el cardenal Carlo Caffarra en una entrevista concedida a La Voce di Padre Pio (marzo 2015). El tuvo el encargo de Juan Pablo II de idear y fundar el Instituto Pontificio para los Estudios sobre el Matrimonio y la Familia. “Al inicio de este trabajo – explica Carlo Caffarra – escribí a sor Lucía de Fátima. Y aunque no esperaba una respuesta, porque le pedía sólo oraciones, me llegó a los pocos días una larguísima carta autógrafa, que hoy está en los archivos del Instituto”.
En esa carta de Sor Lucía está escrito que el enfrentamiento final entre el Señor y el reino de Satanás será sobre la familia y sobre el matrimonio. “No tenga miedo, añadía, porque quien trabaje por la santidad del matrimonio y de la familia será siempre combatido y odiado de todas formas, porque este es el punto decisivo”.
"La columna que sostiene la Creación"
Sor Lucía de Fátima sostenía que la Virgen ya ha “aplastado” la cabeza a Satanás. “Se advertía también hablando con Juan Pablo II, que este era el nudo, porque se tocaba la columna que sostiene la Creación, la verdad sobre la relación entre el hombre y la mujer y entre las generaciones. Si se toca la columna central cae todo el edificio, y esto ahora lo vemos, porque estamos e
n este momento y lo sabemos”.
(*)-La fase diocesana del proceso de canonización de sor Lucía, una de los tres videntes que fueron testigos y conversaron con Nuestra Señora del Rosario en Fátima, llegó a su término oficial el 13 de febrero 2017. Este anuncio ha marcado un avance significativo en el  proceso de canonización de sor Lucía, que empezó hace casi 10 años.

*Ver video de la noche de Fátima. La procesión con la Imagen de la Virgen de Fátima:




domingo, 12 de febrero de 2017

- El mensaje de Fátima, hoy en su centenario

¿Para qué “sirven” las apariciones? […] Fátima es una de las respuestas mayores para un mundo que, cada vez más, se olvidaba, y aún hoy lo sigue haciendo, del significado verdadero de la vida en la tierra y su continuación en la eternidad. Fátima es un mensaje “duro” que, en el  lenguaje de hoy, diríamos “políticamente incorrecto”, precisamente por esto es evangélico, en su revelación de la verdad y en su rechazo a las hipocresías, los eufemismos, las eliminaciones. Pero como sucede siempre en todo lo que es verdaderamente católico, donde todos los opuestos conviven en una síntesis vital, la “dureza” convive con la ternura, la justicia con la misericordia, la amenaza con la esperanza. Así, la advertencia que nos ha llegado de Portugal es, a la vez, inquietante y consoladora.
  En Fátima, confirmando la centralidad en el mensaje del peligro de perderse, se incluye el hecho de que la Virgen enseña a los videntes una oración que se debe repetir en el rosario después de cada decena de Ave María. Oración que ha tenido una extraordinaria acogida en el mundo católico, hasta el punto que se recita allí donde se rece el Rosario. Dice: “Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno; lleva a todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia”. Palabras todas ellas centradas, como se puede ver, en los Novísimos y dictadas a los niños por la propia Virgen. Lo que el cristiano debe implorar, sobre todo, es la salvación del “fuego del infierno”, además de pedir a la misericordia divina una especie de reducción del castigo de quien sufre en el purgatorio. La Virgen dijo “con tristeza”, como anota sor Lucía: “Rezad, rezad mucho y hace sacrificios por los pecadores. Muchas almas van, de hecho, al infierno porque no hay nadie que rece y se sacrifique por ellas“.
Bajo su manto
Pero volvamos a las últimas líneas del relato de la testigo Lucía, después de la visión de la terrible suerte de los pecadores impenitentes: “Inmediatamente levantamos los ojos hacia Nuestra Señora, que nos dijo con bondad y tristeza: ‘Visteis el infierno a donde van las almas de los pobres pecadores; para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. Si se hace lo que os voy a decir, se salvarán muchas almas”.
He aquí, por lo tanto, el consolador toque del todo cristiano; es más, católico […]. La verdad impone recordar que los hombres que se olvidan de la seriedad del Evangelio corren un grave riesgo. Pero la misericordia del Cielo está lista para proponer inmediatamente una solución: refugiarse bajo el manto de ella, de María, confiando en su Corazón Inmaculado, abierto a todo el que pida su maternal intercesión. […]
El peso creciente del pecado es grave, pero se indican las soluciones y, sobre todo, la Virgen guarda un final feliz, con las palabras justamente famosas y justamente fuente de esperanza para todos los creyentes. En efecto, después de haber profetizado las tribulaciones futuras, María anuncia, en nombre del Hijo: “Por fin mi Inmaculado Corazón triunfará”. Por consiguiente, la salvación personal es posible -y está sostenida por el propio Cielo- aunque se propague la iniquidad. Pero podemos tener esperanza en la conversión del mundo, que tendrá lugar en un futuro impreciso que sólo Dios conoce, confiando en el corazón de la Madre de Cristo, poderosa defensora de la causa de la humanidad.

Vittorio Messori, en el Prólogo al libro:Investigación sobre Fátima. Un misterio de cien años”, editado por Mondadori, 2017