lunes, 10 de diciembre de 2018

- María Inmaculada, tan cercana a nosotros

Así como María fue la persona más cercana a Jesús, así también lo es ahora con la Iglesia y los cristianos. Su presencia entre nosotros es un anuncio de esperanza, porque Ella es la Madre del Salvador que cambió para siempre la historia de la humanidad. Cuando Dios decidió iniciar nuestra salvación, eligió de antemano a María para que de Ella naciera el Mesías prometido. A la elegida, el Señor la hizo «llena de gracia» (Lc1,28). Desde su misma Concepción, María es la primera redimida por su propio Hijo, nacido de su vientre virginal.
Cada año, el 8 de diciembre, celebramos el misterio de la Inmaculada Concepción de la Virgen. Para los discípulos de Cristo, María ocupa un lugar destacado, no solo por ser la Madre del Señor, sino también por su plenitud de gracia, por su pureza y por haber sido preservada del pecado original y del pecado personal.
La masiva concurrencia de fieles a los santuarios marianos es una muestra de la atracción ejercida por la belleza de María, signo de esperanza para nosotros, necesitados de la salvación de Jesucristo.
María nos muestra el Camino a seguir -Jesús- y nos repite: «Hagan todo lo que Él les diga» (Jn 2,5). Como una buena Madre, Ella quiere lo mejor para sus hijos. Su amor maternal se compadece de nuestro corazón dañado por el pecado, dividido por la íntima contradicción que nos hace decir: «Realmente, mi proceder no lo comprendo; pues no hago lo que quiero, sino que hago lo que aborrezco» (Rm 7,15). Esta experiencia nos puede desanimar, pero a la luz de la venida de Cristo se convierte en ocasión de esperanza. El mal originado en este mundo por nuestra desobediencia a Dios, instigada por el demonio, comienza a ser remediado por la obediencia de María, «la humilde esclava del Señor», que dice «hágase en mí según tu Palabra» (Lc 1,48.38).
Y quiso Dios que la culminación de nuestra redención fuese obra de la obediencia por amor de su Hijo, que «se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz» (Fil 2,8). La humildad de María y la de Cristo nos muestran que alcanzaremos los bienes que esperamos en la medida en que, movidos por el Espíritu Santo, nos hagamos humildes en la obediencia al Padre.
La Virgen María nos hace ver nuestra historia y nuestro destino a la luz de Dios. Sin el pecado original, el hombre habría debido tener la pureza y la belleza de la Inmaculada. En la Inmaculada Concepción de María comienza la posibilidad de poder recuperar la santidad perdida. Ella nos muestra lo que estamos llamados a alcanzar en el seguimiento de Cristo y en la obediencia a su Palabra, al final de nuestro camino en la tierra.
+ Francisco Javier, Obispo de Villarrica


lunes, 26 de noviembre de 2018

- El marxismo y el comunismo siguen atacando


“…el bacilo marxista infectó todo el discurso intelectual occidental y hoy las universidades de ciencias sociales son, con escasas excepciones, meras escuelas de adoctrinamiento marxista…Basado en la agresividad reivindicativa de minorías, política de género, inmigración liquidadora de identidades europeas, destrucción de tradiciones y anclajes culturales y afectivos e imposición de su agenda. Se combate toda discrepancia con su arma letal de la corrección política y la más brutal intolerancia. Y todo asumido con ceguera suicida por las fuerzas políticas moderadas”…
EL 3 de junio de 2008 y a iniciativa del escritor, disidente y presidente checo Vaclav Havel, una de las máximas referencias morales de Europa desde la II Guerra Mundial, se publicaba la «Declaración de Praga» que instaba a tratar al comunismo igual que a la otra ideología criminal, el nazismo. Pero en los círculos políticos, mediáticos y culturales de la Europa occidental muchos no querían asumir la muy clara equiparación asesina de ambas ideologías. Había razones. El nazismo había sido derrotado sin paliativos. Pero el comunismo había logrado, incluso tras la caída del muro, una eficaz metamorfosis para evitar la catástrofe histórica que muchos creyeron consumada. En el Tercer Mundo lo logró con su vertiente indigenista y antiimperialista del Foro de Sao Paulo.
El marxismo, hundido como proyecto ideológico práctico por sus sangrientos y criminales fracasos en todo el mundo, había cambiado de formas de actuación, simbología y estrategia. Pero manda.
Aquellos intelectuales que, con Marcuse, se lo habían llevado antes de la guerra a «tunearlo» en universidades norteamericanas, para los años sesenta ya estaban en Europa de vuelta iniciando el asalto a las universidades. Aquella Escuela de Frankfurt se convirtió después con Habermas y los suyos en el bacilo marxista que infectó todo el discurso intelectual occidental y elaboró el nuevo discurso multicultural y antiplural, antioccidental que ha vaciado las resistencias del sistema de valores de la sociedad abierta. Hoy las universidades de ciencias sociales son con escasísimas excepciones meras escuelas de adoctrinamiento marxista. Basado en la agresividad reivindicativa de minorías, política de género, inmigración liquidadora de identidades europeas, destrucción de tradiciones y anclajes culturales y afectivos e imposición de su agenda. Se combate toda discrepancia con su arma letal de la corrección política y la más brutal intolerancia. Y todo asumido con ceguera suicida por las fuerzas políticas moderadas.
Los esfuerzos de probidad e integridad intelectuales de Havel y tantos heroicos resistentes a nazismo y comunismo son historia. Y la mediocridad socialdemócrata ha aceptado la supremacía del discurso neomarxista que combate con fiereza tanto la verdad histórica como todo intento de cuestionar su hegemonía. Quien lo haga es tachado de nazi o ultraderechista. Individuos, grupos o gobiernos que intentan buscar vías alternativas son aislados, difamados, acosados.
Aquí en España lo tienen aun más fácil. La miserable Ley de Memoria Histórica de Zapatero es un crimen contra la verdad histórica y contra la integridad de la sociedad española. Los españoles son obligados a nutrirse de mentiras convenientes para las fuerzas totalitarias que perdieron la guerra y quieren revancha contra todo el que no se doblegue. Aun así, hay motivos para la esperanza para quienes creen en el hombre libre como imagen de Dios y en la fuerza del espíritu que tantas veces ha salvado a Occidente de esclavitudes como la que amenaza al final de este nuevo experimento con humanos. Miren a los ojos a sus seres queridos y sentirán que somos capaces de superar esta hora estelar del oprobio y la vileza. Como tantos anteriores.
 Extractos del artículo “Horas estelares de la vileza” de HERMANN TERTSCH, publicado en ABC 01.08.17


viernes, 23 de noviembre de 2018

- Esto hace el comunismo


En la Rusia millones de hombres, mujeres y niños fueron víctimas de los crueles actos y políticas del régimen totalitario. La Gran Hambruna de 1932-1933 en Ucrania en que perdieron la vida de 7 a 10 millones de inocentes, fue una tragedia nacional para el pueblo de Ucrania. Esto hace el comunismo a los pueblos. Esto hicieron los comunistas a Ucrania. Hoy lo recordamos.
El instrumento fue el hambre.
La primera etapa de la destrucción del campesinado ucraniano fue entre 1929 y 1930 a través de deportaciones masivas a Siberia y al norte de Rusia. La segunda parte comenzó a partir de 1930 y condujo a la hambruna de 1932-1933 que se conmemora en estos días. Se habilitó a los cuadros del partido bolchevique para requisar el grano de los campos. Se impusieron a Ucrania unas cuotas de producción -siete millones de toneladas por año- que eran imposibles de alcanzar en un momento en que la agricultura de toda la Unión Soviética estaba en crisis. Entre 1930 y 1932, en toda la Unión, se pasó de 23 a 14,7 millones de toneladas. Se confiscaron las cosechas. El terror se enseñoreó de los pueblos. El partido se apropió de las casas de los campesinos. Sus habitantes fueron muertos por hambre o deportados a campos de trabajo. La ley de agosto de 1932 sobre la propiedad del Estado castigaba con la pena de muerte cualquier infracción, incluida la posesión de grano para comer. Se desplegaron vigilantes armados por los campos y el ejército Rojo controló las fronteras de Ucrania para evitar que los famélicos habitantes del campo huyeran a otras repúblicas. Se calcula que, como mínimo, unos cinco millones de campesinos ucranianos murieron de hambre, aunque hay cálculos muy superiores. Durante ese tiempo, la URSS exportaba grano.
Después del hambre, llegó el silencio.
El Holodomor quedó sepultado bajo un túmulo de propaganda, mentiras y censura. El cine soviético mostraba a Ucrania como una tierra de abundancia en que el grano crecía por doquier y sobraban alimentos. Anne Applebaum ha descrito en las páginas de The Atlantic Monthly el férreo control que existía sobre los corresponsales extranjeros, aunque hubo periodistas como Gareth Jones que se atrevieron a publicar lo que Stalin y los bolcheviques estaban haciendo a los campesinos ucranianos. Los informes sobre el hambre en los pueblos que responsables del partido iban remitiendo a Moscú se mantenían en secreto. Los archivos demográficos y los censos de 1937 y 1939, que fueron materia clasificada hasta los años 90, revelan, como cuentan los autores de “El libro negro del comunismo”, cómo “cerca de 40 millones de personas fueron afectadas por el hambre o la carestía”. En las regiones más afectadas, como la zona rural alrededor de Járkov, “la mortalidad entre enero y junio de 1933 se multiplicó por 10 en relación con la media: 100.000 fallecidos en junio de 1933 frente a 9.000 en junio de 1932. No debe sorprender que el disidente Andrej Sajarov hablase de la “ucranofobia de Stalin”. Sin embargo, los soviéticos negaron todo lo que estaba sucediendo so pretexto de que era propaganda capitalista.
No obstante, los testimonios de los diplomáticos, los testigos y algunos extranjeros que pudieron visitar Ucrania no dejan lugar a dudas sobre la realidad de la hambruna que asoló el país ni sobre la voluntad de emplear el hambre para quebrantar la resistencia a la colectivización y al dominio soviético.
Sólo a partir de los años 1990 pudo el mundo conocer en toda su extensión la magnitud de la hambruna. El 24 de octubre de 2003, los representantes de 24 países, entre ellos Ucrania, la Federación de Rusia y los Estados Unidos de América, firmaron una declaración conjunta dirigida al Secretario General de Naciones Unidas en la que decían:
En la ex Unión Soviética millones de hombres, mujeres y niños fueron víctimas de los crueles actos y políticas del régimen totalitario. La Gran Hambruna de 1932-1933 en Ucrania (Holodomor), en que perdieron la vida de 7 a 10 millones de inocentes, fue una tragedia nacional para el pueblo de Ucrania. Al respecto, señalamos las actividades realizadas en observancia del septuagésimo aniversario de esta hambruna, en particular las organizadas por el Gobierno de Ucrania.
Al honrar el septuagésimo aniversario de la tragedia ucraniana también rememoramos a millones de rusos, kazakos y representantes de otras nacionalidades que murieron de inanición en la región del río Volga, el Cáucaso septentrional, Kazajstán y otras partes de la ex Unión Soviética a resultas de la guerra civil y de la colectivización forzosa, que dejaron profundas cicatrices en la conciencia de las generaciones futuras.
Cada 24 de noviembre, en Ucrania y en las comunidades ucranianas de todo el mundo se conmemora el Holodomor: la hambruna provocada entre 1932 y 1933 por el régimen soviético para destruir la resistencia ucraniana a la colectivización. Este exterminio del campesinado fue acompañado por otras medidas como la persecución de los intelectuales ucranianos no comunistas. Éstos fueron considerados “burgueses nacionalistas” mientras que a los campesinos se los tachó de “clase explotadora”. Unos y otros debían ser erradicados para asegurar el triunfo del proletariado a través de la colectivización masiva.
Esto hace el comunismo a los pueblos. Esto hicieron los comunistas a Ucrania.
Hoy lo recordamos.
Ricardo Ruiz de la Serna, 24 noviembre 2018



sábado, 10 de noviembre de 2018

- Relación entre la Virgen de Fátima y la revolución rusa


El pasado 7 de noviembre se cumplieron 101 años de la revolución rusa de 1917, con la cual los bolcheviques liderados por Lenin tomaron el poder y que culminó con la creación de la Unión Soviética y la expansión de la ideología comunista por el mundo.
Pero este hecho está vinculado a las apariciones de la Virgen María en Fátima (Portugal), y en las que la Madre de Dios pidió explícitamente que se rezara por Rusia.
Los periodistas Darío Chimeno y Josemaría Navalpotro, autores del libro “Cien años de luz. Fátima un foco de paz desde 1917”, aseguraron el año pasado en entrevista concedida a ACI Prensa que “para un no creyente, para un racionalista cerrado a lo sobrenatural, sí podría tratarse de una mera coincidencia de fechas”.
Pero ambos periodistas precisan que “las apariciones de Fátima, con su mensaje, y la Revolución Rusa no son coincidencia. Los cristianos vemos la mano de Dios en todo. Pero en este caso, además, es muy evidente”.
 “El mundo estaba en plena Guerra Mundial y las consecuencias de esta contienda sangrienta tuvieron su repercusión en las siguientes décadas, empezando por la misma revolución en Rusia. En ese contexto, la Virgen, que es Madre, se aparece con un mensaje de aviso de un gravísimo peligro para la humanidad que llevaba consigo que muchas almas podían ir al Infierno. Como desgraciadamente hemos comprobado, en la historia, el comunismo ha traído muchas calamidades. Incluso hoy se viven sus últimos coletazos”, aseguró Darío Chimeno.
Por su parte, Navalpotro precisó que la Virgen de Fátima pide a los videntes “que recen por la conversión de Rusia, que en esos momentos estaba a punto de ser engullida por el monstruo comunista”. Este pedido es porque “la Virgen se implica en la historia humana de una manera directa”, afirmó.
Por eso Chimeno recordó que “la Virgen pidió claramente que Rusia se consagrara a su Corazón Inmaculado en julio de 1917. Y el 13 de junio de 1929, a Sor Lucia, volvió a decirle lo mismo: ‘Ha llegado el momento en que Dios pide al Santo Padre que haga, en unión con todos los obispos del mundo, la Consagración de Rusia a Mi Inmaculado Corazón; prometiendo salvarla por este medio. Son tantas las almas que la justicia de Dios condena por pecados cometidos contra Mí, que vengo a pedir reparación’”.
“Quizá algunos, con menos perspectiva pueden minusvalorar el peligro que supuso el comunismo. Pero es la ideología que más víctimas ha causado en el siglo XX, en cuanto a daños físicos cuantificables (asesinatos, guerras, torturas, deportaciones, cárceles…) y, más difícil de cuantificar, en daños espirituales. En su mensaje, la Virgen quería alejar el peligro que suponía el comunismo”, aseguró el periodista.
En ese sentido, Chimeno destacó lo significativo que era que “el mensaje de la Virgen lo tenían que entender los videntes, unos niños. En 1917, los tres niños no sabían ni qué era Rusia: ¡suponían que era una señora! En 1929, sor Lucia transmite una locución en un año en que Rusia ya era comunista, pero en sus primeros estadios”.
Aunque es imposible saber qué hubiera sido de Rusia sin la intercesión de la Virgen María, ambos periodistas coinciden en que “hacer futuribles es peligroso, pero nos gusta pensar que sí, que si no hubiera sido por la Virgen, podría haber sido mucho peor. De hecho, para muchos historiadores y pensadores la caída del comunismo no se puede explicar solo con factores humanos”.
“En alguna ocasión he oído decir a Joaquín Navarro Valls, quien fue portavoz vaticano con Juan Pablo II, que nadie en su sano juicio pensaba en los años ochenta que el comunismo soviético se derrumbaría en 1989, tras más de cincuenta años de sólida construcción. Es más, cuando uno estudia los mensajes de Fátima y lo compara con la historia, tiene la idea clara de que, gracias a la Virgen, hay más luz que oscuridad”, afirmó Navalpotro.
Además destacó un hecho que puede pasar desapercibido, pero que según Navalpotro es relevante: “Tras la Segunda Guerra Mundial, Austria queda bajo la autoridad de las potencias vencedoras. En la parte bajo dominio soviético, la presión comunista se incrementa y un grupo de fieles empiezan a rezar el Rosario en público como lo había pedido la Virgen en Fátima”.
“Se reúnen miles de personas con este fin periódicamente. Y en un momento determinado, sin razón política ni geoestratégica aparente, los rusos inesperadamente deciden irse de Austria. Eso está ahí. Que cada uno piense lo que quiera”, señaló.


viernes, 9 de noviembre de 2018

- María supera todas las divisiones


-¿Cómo surgió la idea de abordar los misterios de María?
-Es el segundo libro: «Ave María», (Romana-LEV), una visión completa de la Virgen María de. Marco Pozza (Thiene, Vicenza, 1979), teólogo, periodista y capellán de la cárcel de Padua (Italia). El primero fue una oración sobre la paternidad y este está referido a la maternidad. Son las oraciones que aprendemos de niños. Era importante volver a tomarlas; entenderlas de nuevo, desde el origen, desde su verdadero sentido. Era importante que no fuera un sentido mecánico. Hemos tratado de reflexionar sobre ello.
-¿Qué imagen de María se refleja en este libro?
-Es la imagen de una mujer con tres características: la primera, la normalidad. María es una mujer normal, como cualquier otra. La segunda, que tiene la capacidad de sorprenderse, de asombrarse. Y la tercera, que tiene inquietudes, que, como dice el Papa Francisco, esta característica forma parte de la raíz de la santidad. Soy párroco de la cárcel de Padua y debo decirle que los presos rezan a María, incluso aquellos que no rezan a su Hijo. Es una mujer que supera todas las divisiones y que es capaz de hablarle al corazón de los hombres, sean creyentes o no, ¿por qué?, porque es madre.
-¿Sería la figura de la Virgen María del año cero la misma en 2018?
-Sería la misma persona que la que nos narran los Evangelios. Es un tipo de persona que, por su modo de ser, nunca envejece, que por estas tres características ofrece un ejemplo que permite entender a las personas que pueden ser santas con el modelo de María, con normalidad.
lo que sí trasciende de lo que nos cuentan los Evangelios sobre ella es que era una mujer con criterio. Hay un pasaje en el Evangelio donde María no dice: «Soy la esclava del Señor», sino que dice: «Soy la sierva del Señor». Es decir, no es esclava, sino que está al servicio. Asume un compromiso.
-¿Cuál cree que es el papel de la mujer en la Iglesia del siglo XXI?
-Hay una cosa muy curiosa en la figura de la Virgen María que pienso que podría ser de gran ayuda hoy a la Iglesia. En las Sagradas Escrituras, cuando Dios se «aburre» de los hombres, reinicia o retoma siempre a partir de una mujer, porque la mujer tiene la capacidad de mirar más allá de la apariencia de las cosas.
¿Cuál debería ser el papel de la mujer en la Iglesia? Debería ser el mismo papel que tiene María, que es el poder ser interlocutor con su Hijo. Hoy la Iglesia añade afectividad a su discurso, que hace pasar el mensaje más eficazmente que cuando solamente se habla con el lenguaje lógico a la cabeza, predominantemente masculino. La mujer habla al corazón, y el hombre, normalmente, lo hace al pensamiento, a la cabeza. La mujer es capaz de hablar al corazón. Seguramente, este mensaje afectivo no es un mensaje lógico, por tanto no responde a los criterios de la lógica, que son más fáciles de gobernar o entender, y eso puede crear una cierta incertidumbre.
-Es el segundo libro que escribe ¿qué ha cambiado desde el «Padre Nuestro»?
-No es una entrevista, es una conversación, es algo más íntimo. Existe una sintonía mayor entre los que dialogan. Sería parecido a una conversación entre un abuelo, el Papa, y su nieto que le dice: «Querido abuelo, hace tiempo me contaste una historia. Me gustaría que me la volvieras a contar, poniéndome ejemplos y matizando las cosas para que yo lo entienda bien». Me sorprenden dos cosas de esta conversación con el Papa Francisco: la primera, que la Teología de Francisco es una Teología pegada a la realidad, de manera que habla de Dios con ejemplos cotidianos y de María como si fuera la vecina de la puerta de al lado; la segunda, que el Santo Padre no esconde las miserias que hay en la vida, en la Historia, como el drama de las Madres de la Plaza de Mayo o la presencia del Maligno en la vida, y en la Iglesia. Y también habla de la muerte, sin acritud, sin un lenguaje tenebroso, sino con serenidad. Me impresionó mucho, porque me dijo que cuando él piensa en la muerte, lo hace como algo que te obliga a poner orden en tu vida. Esa filosofía de «Vive este día como si fuera el último». Y a esto le añade la pasión y el entusiasmo de pensar: Si este fuera el último día de mi vida, ¿qué haría?, haría la cosa más hermosa, lo mejor.

martes, 14 de agosto de 2018

- Fátima promueve la cultura del encuentro

D. António Marto. Obispo y Cardenal de Fátima dijo que a través de su mensaje, nuestra Señora de Fátima... "promueve la cultura del encuentro..., en la belleza de conocer la diversidad de pueblos, familias, culturas, razas e idiomas en la unidad de la misma fe y del mismo amor", 
El obispo de Leiria-Fátima saludó a los peregrinos presentes y, recordando el tema elegido para la Semana de las Migraciones: "Cada forastero es ocasión de encuentro, Migrantes y Refugiados en el camino hacia Cristo ", presentó Fátima como lugar de encuentro.
"Aquí y en todo el mundo, a través de su Mensaje, Nuestra Señora de Fátima promueve la cultura del encuentro, cuya belleza os es dada a contemplar ahora mismo, la belleza del encuentro de la diversidad de pueblos, familias, culturas, razas y lenguas unidad de la misma fe y del mismo amor. Por eso esta peregrinación está llena de belleza y encanto.
Por la 78ª vez, se celebró en la celebración de la tradicional oferta del trigo, por los peregrinos, en el momento de la presentación de los dones, en un gesto característico que se realiza desde el 13 de agosto de 1940. En el año del Centenario se ofrecieron al Santuario más de 8 toneladas de trigo y media tonelada de harina.
Además de los dos cardenales, la Misa de la Peregrinación Aniversaria de agosto fue concelebrada por cinco obispos y 121 sacerdotes. Alrededor de 100.000 peregrinos asistieron a misa el día de hoy el aniversario y la procesión de las velas la noche anterior

viernes, 1 de junio de 2018

- Primero ir a Fátima, luego a la misión confiada


¿Por qué este nuevo Nuncio visitó el Santuario de Fátima antes de su primera misión?


…”El Prelado recordó que “durante el periodo de la revolución bolchevique fueron asesinados 80 mil sacerdotes ortodoxos”, y “hoy, con el frenesí de los días” se puede “correr el riesgo de olvidarnos de que hay gente que muere y es perseguida porque profesa una religión. Nosotros no podemos ignorar ese hecho y debemos que tener el coraje de hacer más por esos hermanos que luchan por la libertad religiosa”… “Creo que la Providencia me abrió camino y me indicó que debería venir a Fátima antes de iniciar mi misión en países de la ex Unión Soviética, que dieron testimonio de su fe cristiana con tantos sacrificios y también con mucha dignidad”
El nuevo Nuncio Apostólico en Georgia y Armenia, Mons. José Avelino Bettencourt, visitó el Santuario de Fátima (Portugal) antes de dar inicio a su misión diplomática por un motivo que remonta a su infancia. El Prelado aseguró tener desde niño “una gran relación” con el lugar y, especialmente, con la Virgen María.
Mons. Bettencourt, que es de origen portugués, fue ordenado en marzo por el Papa Francisco como Nuncio Apostólico para Georgia y Armenia. Hasta ese entonces se había desempeñado como Jefe de Protocolo de la Secretaría de Estado del Vaticano.
Por invitación del Santuario de Fátima, el Prelado estuvo en Cova de Iría y presidió una Misa internacional el domingo 27 de mayo. En declaraciones a la sala de prensa del santuario, el Nuncio comentó que antes de partir a su nueva misión pensó “que debía venir a Fátima” debido a que tiene “una gran relación con desde niño” con este lugar.
“Creo que la Providencia me abrió camino y me indicó que debería venir a Fátima antes de iniciar mi misión en países de la ex Unión Soviética, que dieron testimonio de su fe cristiana con tantos sacrificios y también con mucha dignidad”, indicó.
El Prelado recordó que “durante el periodo de la revolución bolchevique fueron asesinados 80 mil sacerdotes ortodoxos”, y “hoy, con el frenesí de los días” se puede “correr el riesgo de olvidarnos de que hay gente que muere y es perseguida porque profesa una religión”.
 “Nosotros no podemos ignorar ese hecho y debemos que tener el coraje de hacer más por esos hermanos que luchan por la libertad religiosa”, señaló.
Mons. Bettencourt emigró de Portugal a Canadá cuando tenía tres años. A los 10 años realizó su primer viaje fuera del país americano y el destino fue Fátima.
Indicó que la relación con este santuario mariano se estrechó con el paso del tiempo ya que allí escribió el “pedido formal para el diaconado y para el sacerdocio”. El martes pasado cumplió 25 años de ordenación sacerdotal.
“Fátima ha estado conmigo a la largo de toda mi vida y los grandes pasos han sido dados mano a mano con la Virgen María”, dijo.
En ese sentido, el Nuncio afirmó que “Fátima tiene una fuerza muy propia” y que “esa ligación con lo trascendente tiene una fuerza particular aquí y diría que es un don del Cielo concedido a este lugar que tenemos que compartir”.
“No soy yo quien lo digo. El Papa Benedicto XVI, con quien estuve ayer (sábado 26 de mayo) antes de venir a Fátima y que es el gran teólogo de nuestro tiempo, ya lo dijo: ‘Fátima es una fuente de gran esperanza para los católicos’”, aseguró el Prelado, quien busca llevar esa esperanza en su nueva misión.
Además de reunirse con el Papa Emérito, Mons. Bettencourt también se encontró el sábado con el Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Pietro Parolin.
“Ambos saben que estoy en Fátima y lo que más oí en estos dos últimos días fue ‘cuando llegues a Fátima reza por mí’. Fátima es un lugar que llama a la oración y las personas se sienten interpeladas”, contó.
“Benedicto XVI tiene recuerdos muy vivos de Fátima. En su expresión y su mirada vi una gran ternura para con Fátima. Además, me pidió que le transmitiera sus felicitaciones a Mons. António Marto, de quien guarda óptimos recuerdos”, agregó.


martes, 29 de mayo de 2018

- Ir a Jesús a través de María


El Arzobispo de Los Ángeles, Mons. José Gomez, explicó por qué la Virgen María es el camino más rápido y seguro para llegar a su hijo Jesús. He aquí su escrito:
Me siento muy contento de que el Papa nos haya dado este nuevo día para recordar a María cada año, el lunes después de Pentecostés.
Este fue el deseo de nuestro Señor a la hora de su muerte y su regalo final para nosotros. Las palabras que Jesús dijo al estar en la cruz, nos las dice hoy a ustedes y a mí, y también a toda la Iglesia. Él nos invita a mirar a los ojos de María, y nos dice: “¡He aquí a tu Madre!”.
Jesús nos entrega a su propia madre para que sea nuestra madre. Hoy tenemos la bendición de poder reflexionar acerca de este hermoso regalo, que es parte del misterio del plan de Dios para nuestras vidas.
¡Dios tiene un gran amor por nosotros! Es maravilloso pensar que somos hijos e hijas de la Reina del Cielo. La madre de Jesús nos ama a cada uno de nosotros como a uno de sus propios hijos.
En la gran historia de la salvación, el Padre envió a su único Hijo para que naciera de una mujer. Jesús viene a nosotros a través de María, y nosotros vamos a Jesús por medio de María. Ella forma parte de la misión de Él desde el principio, desde el momento en que le dijo que “sí” al ángel, y que Él fue concebido bajo su Inmaculado Corazón, por el poder del Espíritu Santo.
En su amor, María llevó a Jesús en su seno. Ella lo presentó en el templo y lo crió con San José en la santa casa de Nazaret. María estuvo allí con sus apóstoles cuando Jesús dio inicio a su ministerio terrenal en la fiesta de las bodas de Caná. Ella estuvo entre las mujeres que lo seguían, escuchando sus enseñanzas y presenciando sus milagros.
Cuando Él fue traicionado y abandonado, María estuvo de pie, a su lado junto a la cruz, para que Él no muriera solo.
Y cuando Jesús resucitó de entre los muertos y ascendió al cielo, María se convirtió en el corazón materno de su Iglesia. En Hechos de los Apóstoles: “Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu en compañía de… María, la madre de Jesús”.
María sigue siendo el corazón de la Iglesia, la madre de la familia de Dios. María, la madre de Jesús todavía nos acompaña, compartiendo nuestras alegrías y esperanzas, ayudándonos en todos los desafíos que nos presenta nuestra vida cotidiana. Ella nos abre todavía los brazos con amor tierno, para ofrecernos su consuelo y su guía.
Y así como sucedió con los primeros discípulos, Jesús quiere que ustedes lleven a María a sus hogares, a sus vidas y a sus corazones. Él quiere que ustedes la amen como a una madre. Él quiere que ustedes sientan el amor que ella tiene por ustedes. Y Él quiere que amen a María, como Él la amó.
Los santos saben que nosotros vamos a Jesús del mismo modo que Él vino a nosotros: a través de María. Así como ella ayudó a Jesús a crecer, la misión de María es ahora la de ayudarnos a crecer como hijos e hijas de Dios. ¡Y ella tiene mucho que enseñarnos!
Así que, ¡amen a María como madre! ¡Pídanle que sea una madre para ustedes y que nunca los deje! Pídanle que interceda por ustedes y que los ayude a crecer en la fe y a hacer la voluntad de Dios .
¡Que nuestra Santísima Madre María nos ayude hoy y siempre a seguir a su Hijo y a crecer en santidad y en amor!
(El arzobispo Gomez celebró la primera Misa en memoria de la Santísima Virgen María, Madre de la Iglesia el 21 de mayo. Se unieron a él más de 1,000 estudiantes de escuelas católicas de toda la arquidiócesis que ofrecieron flores a la Virgen y presentaron intenciones de oración para pedir su intercesión; intenciones que el arzobispo llevará a la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe durante su peregrinación anual en julio). 


domingo, 21 de enero de 2018

- Papa Francisco: Maria es Madre de Misericordia y de la Esperanza

Sé del amor que le tienen a la Inmaculada Virgen de la Puerta de Otuzco que hoy junto a ustedes, quiero declarar: Virgen de la Puerta, «Madre de Misericordia y de la Esperanza».

En esta hermosa e histórica plaza nos congregamos para encontrarnos con la «Mamita de Otuzco». Sé de los muchos kilómetros que tantos de ustedes han hecho para estar hoy aquí, reunidos bajo la mirada de la Madre. Esta plaza se transforma así en un santuario a cielo abierto en el que todos queremos dejarnos mirar por la Madre, por su maternal y tierna mirada. Madre que conoce el corazón de los norteños peruanos y de tantos otros lugares; ha visto sus lágrimas, sus risas, sus anhelos.
Ella nos sigue defendiendo e indicando la Puerta que nos abre el camino a la vida auténtica, a la Vida que no se marchita. Ella es la que sabe acompañar a cada uno de sus hijos para que vuelvan a casa. Nos acompaña y lleva hasta la Puerta que da Vida porque Jesús no quiere que nadie se quede afuera, a la intemperie.
Así acompaña «la nostalgia que muchos sienten de volver a la casa del Padre, que está esperando su regreso y muchas veces no saben cómo volver. Decía San Bernardo: «Tú que te sientes lejos de la tierra firme, arrastrado por las olas de este mundo, en medio de borrascas y tempestades: mira la Estrella e invoca a María». Ella nos indica el camino a casa, ella nos lleva a Jesús que es la Puerta de Misericordia y nos deja con Él. No quiere nada para sí, nos lleva a Jesús.
María será siempre una Madre mestiza, porque en su corazón encuentran lugar todas las sangres, porque el amor busca todos los medios para amar y ser amado. Todas estas imágenes nos recuerdan la ternura con que Dios quiere estar cerca de cada poblado, de cada familia, de vos, de mí, de todos. Sé del amor que le tienen a la Inmaculada Virgen de la Puerta de Otuzco que hoy junto a ustedes, quiero declarar: Virgen de la Puerta, «Madre de Misericordia y de la Esperanza».
Cómo deseo que esta tierra que tiene a la Madre de la Misericordia y la Esperanza pueda multiplicar y llevar la bondad y la ternura de Dios a cada rincón.
Porque, queridos hermanos, no hay mayor medicina para curar tantas heridas que un corazón que sepa de misericordia, que un corazón que sepa tener compasión ante el dolor y la desgracia, ante el error y las ganas de levantarse de muchos y que no saben cómo hacerlo.
Hermanos, la Virgen de la Puerta, Madre de la Misericordia y de Esperanza, nos muestra el camino y nos señala la mejor defensa contra el mal de la indiferencia y la insensibilidad.
Ella nos lleva a su Hijo y así nos invita a promover e irradiar una «cultura de la misericordia, basada en el redescubrimiento del encuentro con los demás: una cultura en la que ninguno mire al otro con indiferencia ni aparte la mirada cuando vea el sufrimiento de los hermanos». Que la Virgen les conceda esta gracia.

Al final del evento, el Santo Padre coronó a la Virgen de la Puerta como Madre de la Misericordia y la Esperanza.