miércoles, 10 de mayo de 2017

- Fátima, altar del mundo

En 1917 el lugar llamado Fátima no estaba en ninguno de los mapas del mundo. Pero allí aconteció algo muy especial, tres niños ven y reciben un Mensaje de la Virgen. Lo que en Fátima se da a conocer es que “Dios siempre está presente en la historia humana”.
  Precisamente en 1917 en Portugal se vivía una situación política en la que claramente se decía que: “Dios no está presente en la historia humana“. También en esta época, todos los estudios académicos, la filosofía, los intelectuales seguían el positivismo, la ilustración y todos defendían que “Dios ya no existía, que el hombre no necesita a Dios”. Fátima vino a decir todo lo contrario: Que Dios continúa presente y activo en la Historia humana.
  El 13 de Mayo de 1917 en Rusia, en la actual San Petersburgo, los alumnos en un colegio cuando una profesora Alejandrina (sabemos el nombre) está dando clase de catequesis, está enseñando a los niños, de pronto irrumpen las tropas de Lenin y es proclamado a los cuatro vientos desde aquel colegio que “Dios ha muerto”, que “el cielo no existe, que Dios no existe”. Y aquella ciudad de Rusia la llamaran Leningrado. Y debemos darnos cuenta de que cuando en una parte del mundo se niega la existencia de Dios y se afirma que el cielo no existe, entonces se “rasgó el cielo” y bajó del Cielo, a esta tierra bendita de Portugal, la Señora del Mensaje; cuyas primeras palabras a los tres niños fue decirles: “No tengáis miedo, vengo del Cielo”; es decir, en el mismo dia y en la misma hora que allí (Rusia) se negaba la existencia del Cielo, aquí en Fátima bajaba del Cielo la Señora llena de Luz, la Madre del Salvador.
  Y la Virgen da a los tres niños de Portugal un Mensaje especial a transmitir a los demás, un Mensaje en el que podemos descubrir la certeza absoluta de que Dios está siempre presente en la historia humana. En este Mensaje podemos considerar como fundamental la convivencia humana entre todos los hombres como hermanos.
  En 1917 se vivió por primera vez en el mundo una gran guerra: la ‘Gran Guerra’: o sea, la Primera guerra mundial; y lo que hace Fátima es vivir un acontecimiento extraordinario para proclamar que los seres humanos pueden llevarse bien unos con otros, que pueden convivir y alcanzar el don de la Paz. Esto es lo que la Virgen dijo a los tres niños: “que la paz es posible y que para ello se rezara el rosario, precisamente para encontrar esta paz”. La Paz es Jesucristo, y obviamente lo que la Virgen nos dirá es que se trata de seguir las enseñanzas de Jesucristo.
  La Iglesia cree que las Apariciones de Fátima son un indicador claro de la presencia de Dios en la historia humana. Los tres niños ven a la Madre revestida de una radiante luz, de la Luz de Dios y dicen “que la luz les envolvía y les daba una fuerza particular para ser discípulos de Jesucristo”.
  El Mensaje de Fátima tiene unas consecuencias sobre la acción humana, sobre la vida cotidiana. Una de las grandes referencias es encontrar la paz, otra es la presencia de Dios en la historia humana, otra es la solidaridad de las personas unas con otras y descubrir que “lo que hago en la vida cotidiana puede influir en la vida del prójimo, que puede incluso influenciar en la vida de aquel que no esté viviendo en este momento o de los que vivirán siglos después”.
  Un ejemplo especial lo tenemos en Jacinta, la niña que ahora va a ser proclamada santa, ella tenía un cariño especial por el Papa y entre 1917-1920 rezaba mucho por el Papa. Cuando el año 2000 Juan Pablo II llega a Fátima agradece a Jacinta las oraciones que hizo por el Papa, y dice que su vida también fue posible gracias a las oraciones de Jacinta. Y esta solidaridad en la oración, en los vasos comunicantes entre los que creen en Cristo, de los que creen en Dios también está muy presente en Fátima y esto lo vemos como una verdadera intervención de Dios en la Historia humana.
  Hay otra forma de intervención de Dios que tenemos en el Mensaje de Fátima, lo vemos también en la política; nuestra forma de vida puede condicionar las opciones que tenemos e incluso, si estamos condicionados por la política, podemos vencer el miedo y ser libres. Por ejemplo, en lugares donde está prohibido creer en Dios, el Mensaje de Fátima es una fortaleza para estas personas. La Virgen María cuando muestra su Corazón Inmaculado dice a Lucía que “el Corazón de María ha de ser el refugio de Lucía y ha de ser un camino que ha de llevar a las personas hacia Dios”.
  Otro reflejo importante del Mensaje de Fátima es la solidaridad en la oración de los pecadores y lo vemos en la forma de escribir la hermana Lucía en sus Memorias, y en palabras del papa actual podríamos decir: “solidaridad con aquellos que se encuentran en las periferias de la historia humana, así los que están apartados de Dios, con nuestra oración, pueden ser llevados a Dios e impedir que sean condenados eternamente. Los niños de Fátima vieron el infierno “con el fin de orar para aquellos que están lejos de Dios y para que puedan tomar el camino de Dios y no caer en la condenación eterna”.
  Fátima nos habla del Evangelio en puntos importantes muy particulares. En el Mensaje de Fátima hay una dimensión eclesial, así la pequeña capilla de las apariciones es una imagen, metáfora de lo que es el Templo de Dios, y se pide a los peregrinos cuando vienen a Fátima que formen en solo cuerpo alrededor del mismo altar y que esta reunión muestre el ‘Cuerpo de Cristo’ presente en la Iglesia, presente en el mundo.
  En 2010 el Papa Benedito XVI vino a Fátima y dijo: “La misión profética de Fátima no está acabada...En 2017, será el centenario de las apariciones... impulsemos el anunciado triunfo del Corazón Inmaculado de María". Vemos como el Papa nos dice que “las profecías de Fátima están abiertas al futuro“, o sea que, no eran algo de hace cien años–como se creyó-, sino que están abiertas al futuro.
  Y en este tiempo que vivimos, tiempo muy especial, las palabras de la Virgen en el Mensaje dado a los niños nos está diciendo que debemos centrar nuestra vida en Jesús, en la Eucaristia, en la oración; en rezar y reparar. Reparar en adoración ante Jesús Eucaristia…reparación e intercesión.
  Cuando Benedicto XVI estuvo en Fátima dijo esta hermosa expresión: “cuando estaba en Fátima, lo que en este lugar santo viví, fue un renovado Pentecostés” “la Virgen María estaba en el centro y todos los discípulos de Cristo estaban a su alrededor celebrando la misma fe, unidos en la misma oración, viviendo el mismo Señor”
 La Santísima Trinidad envió aquí a la Santísima Virgen Maria y tanto en 1917 como hoy,

María es la enviada para llevarnos a Jesús, para volver a Dios. 

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