martes, 15 de agosto de 2017

- Nunca la Iglesia ha sido tan acosada como ahora.

En la misa de la Asunción el cardenal Cañizares ha hecho un llamamiento a “avivar la esperanza firme” en Dios, y a “dar razones de esta esperanza” porque, frente a las persecuciones e inseguridades, “su victoria ya se ha dado en María”. La Iglesia es hoy, con María testigo de esperanza, camino en esperanza y llama a la esperanza; tiene la certeza de la presencia de Jesucristo en ella, de que Dios no la deja en la estacada, como no deja en la estacada al hombre por la resurrección de Jesucristo”.
 En su homilía ha descrito como “muchos cristianos están sumidos hoy en una época y en una sociedad afectadas a menudo por un oscurecimiento de la esperanza en la que tantos hombres y mujeres parecen desorientados, inseguros, sin ánimo, sin aliento, envueltos en una gran pérdida de la herencia cristiana, unida a una especie de agnosticismo práctico y de indiferencia religiosa y un cierto miedo al futuro, aprisionados en el aquí y el ahora”. 
 Ante esta situación, el Cardenal ha animado a los cristianos a “dar razones de nuestra esperanza” y ha recordado que “el Hijo que dio a luz María es garantía de la victoria, certeza de la esperanza, y la Iglesia es hoy, con María testigo de esperanza, camino en esperanza y llama a la esperanza; tiene la certeza de la presencia de Jesucristo en ella, de que Dios no la deja en la estacada, como no deja en la estacada al hombre por la resurrección de Jesucristo”.
 Además, también “la Iglesia en su peregrinar a lo largo de los siglos XX y XXI ha padecido muchas tribulaciones, y nunca tal vez en la historia se ha visto acosada como en este periodo”, algo que “está siendo una prueba muy severa para la Iglesia”, ha precisado.
Sin embargo, “aunque se empeñen con ataques y persecuciones y aunque nos empeñemos los mismos cristianos con nuestras infidelidades y cobardías, no vencerán porque la victoria ya se ha dado y la señal y la prueba es María, glorificada y coronada”, ha precisado.
Por ello, al celebrar hoy la solemnidad de la Asunción de la Virgen, “se aviva en la Iglesia y en los cristianos la esperanza firme y se siente movida a dar razones de la esperanza que le anima, aún con el martirio, encarnación suprema y gozosa del evangelio de la esperanza”.

“Con María renace la esperanza en tomar parte en el triunfo de Cristo sobre la muerte, ella es nuestra victoria, aquí se nos hace palpable la esperanza, María alienta y anima nuestra esperanza en medio de tantas y tantas dificultades y en ella encuentra la Iglesia también su gran esperanza”….(Valencia, España,15 agosto 2017)

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