domingo, 2 de abril de 2017

- Fátima es un mensaje, el secreto ya revelado

El secreto de Fátima
Más que un lugar, Fátima es un mensaje. El mensaje revelado por Nuestra Señora en Fátima consta de tres partes llamadas secretos, que forman un todo orgánico y coherente.
La segunda parte tiene que ver con una alternativa histórica de proporciones épicas: la paz, fruto de la conversión del mundo y el cumplimiento de las peticiones de Nuestra Señora, o un terrible castigo que aguarda a la humanidad si se obstina en su pecaminoso camino. El instrumento de dicho castigo sería Rusia.
El mensaje de Fátima es más que un mensaje anticomunista: es también un mensaje antiliberal y antiluterano, ya que los errores de Rusia son descendientes de los errores de la Revolución Francesa y el protestantismo.
La tercera parte, divulgada por la Santa Sede en junio de 2000, se explaya sobre la tragedia que reina en la Iglesia y presenta la visión de un papa y unos obispos, religiosos y laicos asesinados por sus perseguidores. Las controversias suscitadas en los últimos años con relación al Tercer Secreto corren el riesgo de oscurecer la fuerza profética de la parte central del mensaje, que se resume en dos frases decisivas: «Rusia propagará sus errores por el mundo» y «Al final, mi Inmaculado Corazón triunfará».
En Fátima, Nuestra Señora no solicitó actos públicos de la jerarquía de la Iglesia. Esas acciones, que son necesarias, deben ir acompañadas de una sentida actitud de conversión interior y penitencia, como nos recuerda el Tercer Secreto, en el triple llamamiento del Ángel para que se haga penitencia.

Penitencia significa ante todo arrepentimiento, un espíritu contrito que nos haga conscientes de la gravedad de los pecados cometidos por nosotros y por otros, y que nos mueva a detestar de todo corazón esas iniquidades. Penitencia significa un repaso doctrinal y moral de todos los errores que abraza la sociedad occidental desde hace un siglo. Penitencia significa arrepentimiento; penitencia significa aversión y odio al pecado: el odio al pecado nos debe impulsar a combatirlo y, cuando el pecado es publico, a actuar públicamente para destruir las raíces y consecuencias del mal en la sociedad. Por eso, el llamado a la penitencia del mensaje de Fátima es también una llamada a combatir los errores que corrompen totalmente la sociedad actual.

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