La Virgen de Fátima
En 1917, Europa vivía uno de los momentos más oscuros, en plena Primera Guerra Mundial, al tiempo que estallaba en Rusia la revolución bolchevique. Pero ese mismo año, la Madre de Dios, en Fátima, llevaba a tres pastorcitos el mensaje de la paz, la esperanza y el amor para la Humanidad.
Hoy, el mensaje de Fátima en esta sociedad relativista, utilitarista y modernista-luterana, en la que el hombre se cree autosuficiente y que ha desembocado en una situación sangrante económica y moralmente, es más actual que entonces.
El hombre del siglo XXI ha de unirse a la experiencia de los pastorcitos, que pronto se dieron cuenta de que eran amados por Dios y de que su Amor es la mayor fuerza que mueve el mundo. Hoy, más que nunca, es necesaria la conversión permanente, la vivencia de las virtudes teologales.
Carolina Crespo, Vigo
Alfa y Omega, 24 septiembre 2015. Cartas a la Redacción
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