Este es el lema del año 2014 en Fátima, año preparatorio
del Centenario de las Apariciones de la Virgen
Maria en Fátima (1917-2017).
Era el amor que los motivaba, el amor de Dios que Nuestra
Señora les dio a conocer y a experimentar y al cual ellos procuraban responder.
En la tercera aparición de la Virgen (julio 1917) María
nos ayuda a despertar el valor reparador de las acciones hechas y ofrecidas al
Señor, por amor, en espiritu de reparación y por la conversión de los
pecadores.
A despertar el sentido de que todos podemos y debemos
ayudar, con nuestros gestos de amor reparador, a restaurar en este mundo tan
herido y desfigurado por el pecado. Así nuestros sacrificios y dificultades
ganan un nuevo sentido, porque son una respuesta al Amor de Dios. Nos ayuda a
interiorizar el sentido de reparación por Amor a Dios y para la salud del
mundo.
Y es también un desafío: tomar conciencia del gran Amor de
Dios para con cada uno de nosotros y vivir concretamente ese Amor a Dios y a
los demás hermanos.
Esta tercera Aparición de la Virgen está además marcada
por otra oración enseñada por Nuestra Señora: “Oh Jesús mío, perdónanos,
líbranos del fuego del infierno; lleva al cielo a todas las almas,
especialmente las más necesitadas”.
Una vez más, lo que subyace en esta oración es el Amor: el
Amor de Dios, que quiere que todos se salven. Este es el “Secreto” revelado:
poder conocer el inmenso Amor de Dios por el mundo, y nos muestra Dios, que
porque nos ama infinitamente , no permite que nuestra historia camine hacia el
abismo.
(*) texto
completo de la oración: “ Oh Jesús, es por vuestro Amor, por la conversión de
los pecadores y en reparación por los pecados cometidos contra el Inmaculado
Corazón de María”.
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