Poder gritar desde lo más intimo de uno mismo: “¡Mamá!” y saber que eres escuchado...
Entra en esta escuela para aprender a conocer este Dios que es todo Corazón – que no es más que un corazón-, y es un Corazón de Madre.
¿No pueden rezar mucho tiempo, están cansados de palabras, disgustados de fórmulas, exasperados por los gestos?
Lo que siempre podrán hacer es lanzar este grito que también es la oración más profunda: “¡Mamá!” hacia el Corazón de Jesús por el Corazón de María.”
Para que nuestra alma florezca en la confianza y que el grito elemental de nuestro corazón: “¡Mamá!” suba hacia Él de una manera muy espontánea, en conformidad plena con nuestra naturaleza, Dios nos dio este camino maternal, el corazón virginal dela Madre del Hijo único, como una forma infalible para alcanzar Su Corazón.
Nuestro grito hacia ella sube hacia Él, y es ella que lo lleva mezclando toda la imploración de su corazón. Amarle a Ella, es amarle a Él, pues Ella sólo quiere a Él en ella.
Entre usted en esta escuela para aprender a conocer este Dios que es todo Corazón – que no es más que un corazón, y es un Corazón de Madre. ¿No pueden rezar mucho tiempo, están cansados de palabras, disgustados de fórmulas, exasperados por los gestos? Lo que siempre podrán hacer es lanzar este grito que también es la oración más profunda: “¡Mamá!” hacia el Corazón de Jesús por el Corazón de María.”
Entra en esta escuela para aprender a conocer este Dios que es todo Corazón – que no es más que un corazón-, y es un Corazón de Madre.
¿No pueden rezar mucho tiempo, están cansados de palabras, disgustados de fórmulas, exasperados por los gestos?
Lo que siempre podrán hacer es lanzar este grito que también es la oración más profunda: “¡Mamá!” hacia el Corazón de Jesús por el Corazón de María.”
Para que nuestra alma florezca en la confianza y que el grito elemental de nuestro corazón: “¡Mamá!” suba hacia Él de una manera muy espontánea, en conformidad plena con nuestra naturaleza, Dios nos dio este camino maternal, el corazón virginal de
Nuestro grito hacia ella sube hacia Él, y es ella que lo lleva mezclando toda la imploración de su corazón. Amarle a Ella, es amarle a Él, pues Ella sólo quiere a Él en ella.
Entre usted en esta escuela para aprender a conocer este Dios que es todo Corazón – que no es más que un corazón, y es un Corazón de Madre. ¿No pueden rezar mucho tiempo, están cansados de palabras, disgustados de fórmulas, exasperados por los gestos? Lo que siempre podrán hacer es lanzar este grito que también es la oración más profunda: “¡Mamá!” hacia el Corazón de Jesús por el Corazón de María.”
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