La Imagen del Corazón Inmaculado de María con las banderas de Rusia y Ucraina unidas
Acto
de Consagración al Inmaculado Corazón de María en la Catedral de Quito, Ecuador,
pidiendo por la Paz en Rusia y Ucraina.
. El Arzobispo de Quito saluda al Presidente de la República y a su esposa
En la catedral de Quito el solemne acto de
Consagración fue presidido por el Arzobispo de Quito y Primado del Ecuador
Alfredo José Espinoza, junto con el Nuncio del Papa en Ecuador, arzobispo
Andrés Carrascosa, y el Obispo Auxiliar de Quito Danilo Echeverria.
Los Obispos presentes esperaron en la puerta de la Catedral la llegada del Presidente, Vicepresidente y ministros del Gobierno Nacional del Ecuador, a quienes saludaron e invitaron a entrar y tomar asiento en lugares de preferencia.
Junto con los tres Obispos principales,
concelebramos un amplio grupo de sacerdotes, el Rector del Seminario y todos
los seminaristas del Seminario Mayor Diocesano de San José de Quito.
Se acompaña aquí el video de la Solemne
celebración mariana realizada en la Catedral de Quito.: https://www.facebook.com/watch/live/?ref=watch_permalink&v=3250069028556242
El Papa Francisco ha invitado a todos los obispos, y fieles a unirse, y se han ido publicando en muchos países la adhesión de las conferencias episcopales e incluso recientemente la del Papa Emérito Benedicto XVI. El Santo Padre subrayó que esta consagración “quiere ser un gesto de la Iglesia universal, que en este momento dramático lleva a Dios, por mediación de la Madre suya y nuestra, el grito de dolor de cuantos sufren e imploran el fin de la violencia, y confía el futuro de la humanidad a la Reina de la paz”.
La Imagen de la Virgen de Fátima en su Capilla de la Aparición en Fátima (Portugal)
El Papa pidió también que se unan a este acto de consagración
“los sacerdotes, religiosos y demás fieles”, rezando “en los lugares sagrados,
para que el Pueblo santo de Dios eleve la súplica a su Madre de manera unánime
y apremiante”.
Imagen de la Virgen María de Fátima en la procesión, rodeada de miles de fieles
El repliegue ruso, el mismo dia 25 de marzo
2022
En la video transmisión de esta jornada de
Consagración de Rusia y Ucraina al Corazón Inmaculado de Maria, el
presentador me hizo una pregunta que más o menos giraba a si todo esto serviría
para algo.
Y cuando yo llego a la oficina de ZENIT en Roma, me encuentro con una
noticia: Rusia decidió la tarde de este 25 de marzo replegarse en la zona
oriental de Ucrania, concretamente en el Donbás tras “haber finalizado con
éxito la primera fase de su operación”.
O en otras palabras: al menos por alcance, es el inicio de una
desescalada, pues esto supone el repliegue. Todo parece indicar que
mientras nosotros estábamos atentos a lo que pasaba en la basílica (y en
Fátima), María estaba haciendo su trabajo en otras latitudes de la geografía
interior de los responsables de esta guerra.
De la oración de Consagración al Inmaculado Corazón de María:
Madre, queremos acogerte ahora en nuestra
vida y en nuestra historia. En esta hora la humanidad, agotada y abrumada, está
contigo al pie de la cruz. Y necesita encomendarse a ti, consagrarse a Cristo a
través de ti.
El pueblo ucraniano y el
pueblo ruso, que te veneran con amor, recurren a ti, mientras tu Corazón
palpita por ellos y por todos los pueblos diezmados a causa de la guerra, el
hambre, las injusticias y la miseria.
Por eso,
Madre de Dios y nuestra, nosotros solemnemente encomendamos y consagramos a tu
Corazón inmaculado nuestras personas, la Iglesia y la humanidad entera, de
manera especial Rusia y Ucrania.
Acoge este acto nuestro
que realizamos con confianza y amor, haz que cese la guerra, provee al mundo de
paz. El «sí» que brotó de tu Corazón abrió las puertas de la historia al
Príncipe de la paz; confiamos que, por medio de tu Corazón, la paz llegará.
A ti, pues, te consagramos
el futuro de toda la familia humana, las necesidades y las aspiraciones de los
pueblos, las angustias y las esperanzas del mundo.
Que a través de ti la
divina Misericordia se derrame sobre la tierra, y el dulce latido de la paz
vuelva a marcar nuestras jornadas. Mujer del sí, sobre la que descendió el
Espíritu Santo, vuelve a traernos la armonía de Dios.
Tú que eres «fuente viva
de esperanza», disipa la sequedad de nuestros corazones. Tú que has tejido la
humanidad de Jesús, haz de nosotros constructores de comunión. Tú que has
recorrido nuestros caminos, guíanos por sendas de paz. Amén.
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